Con células madre logran cerrar heridas

Para Andrea (41 años) pensar que dentro de unos meses podría volver a practicar deportes o salir de paseo con sus hijos en bicicleta es «espectacular».

En 2010 le diagnosticaron enfermedad de Chron, un trastorno autoinmune que causa inflamación del sistema digestivo y que en algunos pacientes, como Andrea, puede generar hemorragia rectal, fisuras y ulceraciones en esa zona muy difíciles de cicatrizar, con el consiguiente deterioro en su calidad de vida.

Luego de cerca de un año sin que las cirugías y tratamientos convencionales para cicatrizar heridas lograran resultados, en agosto pasado se sometió a una innovadora intervención con células madre extraídas de su propio tejido adiposo. «La evolución hasta ahora ha sido fantástica, estoy feliz», dice Andrea.

La terapia, que recién comienza a aplicarse en Chile, ha logrado que en menos de dos meses las hemorragias hayan desaparecido, las ulceraciones estén casi completamente cicatrizadas, la piel esté retomando su normalidad y prácticamente no haya inflamación ni dolor.

En Chile hay entre 50 y 60 mil personas que padecen enfermedad de Chron, cuadro que la animadora Paulina Nin de Cardona ha ayudado a hacer más conocido entre la población.

«Alrededor de 40% de los pacientes presentarán a lo largo de su vida fisuras, abscesos y fístulas en la zona perianal. Aquellos en que los medicamentos y cirugías no dan resultado para lograr la curación, podrían beneficiarse con el uso de la terapia con células madre adultas», explica el doctor Claudio Wainstein, director del Centro de Especialidades en Piso Pelviano de la Clínica Las Condes, quien realizó la intervención junto al gastroenterólogo Rodrigo Quera.

Las células madre derivadas del tejido graso tienen un gran efecto en la cicatrización y desinflamación de tejido, explica el doctor Wainstein.

El procedimiento para emplearlas en pacientes con enfermedad de Chron perianal consiste en realizar una pequeña lipoaspiración para extraer del mismo paciente el equivalente a media taza de grasa corporal. A través de un proceso en laboratorio se separan y multiplican las células madre hasta obtener varios millones de ellas en un plazo de 4 a 5 semanas. Luego se disuelven en suero y esta solución se inyecta en la zona afectada. «Las células madre junto a plasma rico en plaquetas actúan como un antiinflamatorio local y ayudan a cicatrizar y cerrar el tejido abierto, al generar células de buena calidad no inflamadas», explica Wainstein.

Estudios sobre la efectividad de esta técnica -que se aplicó por primera vez en 2003 en España- indican que 70 a 80% de los pacientes se curan, cifra que duplica las terapias actualmente en uso. «A esto se suma que no hay riesgo de dañar el esfínter y que la curación duraría más tiempo, pero aún hacen falta más años de seguimiento para corroborarlo a largo plazo», concluye el especialista.